Gráfico: https://www.gate.com/trade/BTC_USDT
Durante las últimas 24 horas, el precio de Bitcoin ha experimentado oscilaciones significativas, con picos de hasta $123.800 y caídas hasta un mínimo de $117.100. En la actualidad, el precio se mantiene estable en torno a $118.500. Esta elevada volatilidad refleja un mercado en situación de equilibrio frágil, donde tanto compradores como vendedores esperan una señal clara antes de adoptar posiciones contundentes.
En el contexto actual, el Índice de Fuerza Relativa (RSI) se considera fundamental para determinar la tendencia del mercado a corto plazo. El RSI oscila entre 0 y 100; registros superiores a 70 suelen indicar una situación de sobrecompra, mientras que niveles inferiores a 30 apuntan a un mercado sobrevendido. Cuando el RSI se aleja de la evolución del precio, suele anticipar un giro en la dirección del mercado.
Bitcoin cotiza cerca de un soporte clave situado en $112.600. Si se pierde este nivel, podría desatarse una venta en pánico, acelerando la caída del precio. Según los precedentes históricos, cuando el RSI cae por debajo de determinados umbrales, Bitcoin registra con frecuencia correcciones del 20 % o incluso del 30 %. Desde el precio actual de $118.500, una corrección del 20 % situaría a la criptomoneda en torno a los $95.000. Este nivel representa no solo una referencia psicológica, sino también un soporte técnico relevante, que en el pasado ha propiciado múltiples rebotes. Si el precio vuelve a esta zona, podría incentivar la entrada de capital.
Existe un escenario optimista. Si el RSI muestra una divergencia alcista—esto ocurre cuando el precio no logra marcar nuevos máximos pero el RSI comienza a recuperarse—suele ser indicativo de que la presión vendedora está disminuyendo. Si Bitcoin logra mantenerse por encima de $118.000 y cierra sucesivamente por encima del nivel de soporte clave durante varias sesiones, los compradores podrían impulsar un nuevo movimiento hacia el nivel de resistencia situado en los $119.000. Una superación clara de este nivel probablemente reforzaría el sentimiento alcista y atraería mayores flujos de capital.
Los nuevos inversores deben tener en cuenta dos consideraciones: en primer lugar, ningún indicador—incluido el RSI—es definitivo por sí solo. Es preciso complementar diferentes herramientas, como el volumen negociado y las medias móviles, para obtener una visión integral del mercado. En segundo lugar, es recomendable establecer órdenes de stop loss estrictas para protegerse de movimientos bruscos y limitar las pérdidas potenciales. Los inversores más prudentes pueden posicionar su stop cerca de los $112.600. Aquellos con mayor perfil de riesgo pueden plantearse la entrada escalonada tras la confirmación de una divergencia alcista en el RSI, marcando los $119.000 como objetivo de salida.